15/Diciembre/2009 - 10:35
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Dice un autor cristiano ( William Barclay ), lo fascinante que resulta comprobar como el Señor Jesús se apropió para si mismo algunas Escrituras que, en un principio, parecían ir dirigidas a la nación de Israel en su conjunto, y cita éste autor por ejemplo a las palabras habladas por el Señor en Mateo 21 : 42, donde dice que él es la piedra que desecharon los edificadores, y que ha venido a ser “cabeza del ángulo”, y que sin embargo, en el salmo 118 que es donde se encuentra ésta Escritura, parece en un principio referirse “exclusivamente” a la nación de Israel, y no a una persona. Yo estoy totalmente de acuerdo con éste autor, porque revisando la Escritura hallé en el libro de Job, que lo que Dios hace con una Nación, eso mismo hace con un hombre ( Job 34 vers 29 ), y mayormente si ese hombre es su Amado Hijo, el cual siendo “Cristo”, es Roca Fundamental , y Piedra Angular, de toda la Nación Cristiana.
Esta Nación Cristiana, cuyo fundador y modelo es Cristo, tiene su origen, y su comienzo en el Padre mismo; Dios es el origen de todo, el que en un principio comenzó la “Obra”, y puso como fundamento de la misma a su propio Hijo, para el cual, y por medio del cual, luego nos creó a nosotros ( haciéndonos nacer de nuevo) para que una vez comenzada la “ Obra”, y puesta en marcha por el Señor, nosotros tuviésemos la honorable misión de “completarla”, habiendo sido hechos “instrumentos” para ello, por las manos amorosas del Padre Dios . Dios está edificando una Nación compuesta de piedras cristianas, para que le seamos un “Templo”, pues su propósito es habitar, y andar entre nosotros , ser nuestro Dios, y que nosotros seamos su pueblo ( 2ª corintios 6 vers 16 ). Para ésta misión continua diciendo el apóstol Pablo, nos es necesario salir de la inmundicia que hay en el mundo, y apartarse de sus contaminaciones; si lo hacemos , Dios nos recibirá, y haciéndonos “nacer de nuevo”, hará que le seamos hijos, e hijas; el apóstol Pablo continua diciendo y aconsejando, que ya que de Dios tenemos “tales promesas” ( ser Hijos, e Hijas ), debemos limpiarnos de toda contaminación de carne y de espiritu , llevando en el temor del Señor, nuestra “santidad” a la “perfección”.
El anhelo de Dios es como también escribió el apostol Pedro, que seamos para él un “linaje escogido”, “Real sacerdocio”, Nación santa”, en definitiva, “un Pueblo escogido”, que anuncie las virtudes de su Luz Admirable, y proclame “Sus” misericordias para “alcanzar” a los que todavía no son pueblo suyo.
Dios, pues nos hace sus “mediadores”, juntamente con Cristo, para que por medio de la “elocuencia” de Cristo , el cual es “Mediador muy escogido”, anunciemos a los hombres su “deber”, el cual no es otro que obedecer al evangelio por medio del cual Dios anuncia a los hombres que por medio de sus misericordias , quiere librar a todo hombre, y a toda mujer de descender al sepulcro, proclamándoles que por medio de “aceptar” el sacrificio de su Hijo, hallarán la redención, y que haciéndolos nacer de nuevo de “agua, y del Espiritu”, hará que su “carne” sea más tierna que la de un niño, haciéndoles volver a los dias de su juventud. ( Job 33 vers 23 al 30 )
Debemos anunciar a los hombres, que el evangelio abre un nuevo tiempo de “oración”, y aquel que se acerque a Dios en oración, será por él escuchado y amado, y que entregado a la oración, podrá ver y sentir el rostro del Señor con “júbilo”;
El evangelio proclama a todo hombre que debe “arrepentirse”, porque Dios mira sobre los hombres, y aquel que arrepintiéndose dijere: “ Pequé, y pervertí lo recto, y no me ha aprovechado, a ese, Dios redimirá su alma para que no pase al sepulcro , y hará que su vida se vea en “luz”, porque Dios hará que sea iluminado con la luz de los vivientes, la cual es Cristo.
Debemos pues, en virtud de todo lo expuesto estar preparados y dispuestos para la obra a la que hemos sido llamados; proclamar y vivir para el evangelio, no solo nos salvará a nosotros mismos, sino como Pablo le escribió a Timoteo, también a los que te “oyeren”.
Hay muchos esperando la redención. Hablémosles de la “Obra redentora”, que Dios el Padre nos ofrece en Jesús nuestro Salvador.
TATIS
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Dice un autor cristiano ( William Barclay ), lo fascinante que resulta comprobar como el Señor Jesús se apropió para si mismo algunas Escrituras que, en un principio, parecían ir dirigidas a la nación de Israel en su conjunto, y cita éste autor por ejemplo a las palabras habladas por el Señor en Mateo 21 : 42, donde dice que él es la piedra que desecharon los edificadores, y que ha venido a ser “cabeza del ángulo”, y que sin embargo, en el salmo 118 que es donde se encuentra ésta Escritura, parece en un principio referirse “exclusivamente” a la nación de Israel, y no a una persona. Yo estoy totalmente de acuerdo con éste autor, porque revisando la Escritura hallé en el libro de Job, que lo que Dios hace con una Nación, eso mismo hace con un hombre ( Job 34 vers 29 ), y mayormente si ese hombre es su Amado Hijo, el cual siendo “Cristo”, es Roca Fundamental , y Piedra Angular, de toda la Nación Cristiana.
Esta Nación Cristiana, cuyo fundador y modelo es Cristo, tiene su origen, y su comienzo en el Padre mismo; Dios es el origen de todo, el que en un principio comenzó la “Obra”, y puso como fundamento de la misma a su propio Hijo, para el cual, y por medio del cual, luego nos creó a nosotros ( haciéndonos nacer de nuevo) para que una vez comenzada la “ Obra”, y puesta en marcha por el Señor, nosotros tuviésemos la honorable misión de “completarla”, habiendo sido hechos “instrumentos” para ello, por las manos amorosas del Padre Dios . Dios está edificando una Nación compuesta de piedras cristianas, para que le seamos un “Templo”, pues su propósito es habitar, y andar entre nosotros , ser nuestro Dios, y que nosotros seamos su pueblo ( 2ª corintios 6 vers 16 ). Para ésta misión continua diciendo el apóstol Pablo, nos es necesario salir de la inmundicia que hay en el mundo, y apartarse de sus contaminaciones; si lo hacemos , Dios nos recibirá, y haciéndonos “nacer de nuevo”, hará que le seamos hijos, e hijas; el apóstol Pablo continua diciendo y aconsejando, que ya que de Dios tenemos “tales promesas” ( ser Hijos, e Hijas ), debemos limpiarnos de toda contaminación de carne y de espiritu , llevando en el temor del Señor, nuestra “santidad” a la “perfección”.
El anhelo de Dios es como también escribió el apostol Pedro, que seamos para él un “linaje escogido”, “Real sacerdocio”, Nación santa”, en definitiva, “un Pueblo escogido”, que anuncie las virtudes de su Luz Admirable, y proclame “Sus” misericordias para “alcanzar” a los que todavía no son pueblo suyo.
Dios, pues nos hace sus “mediadores”, juntamente con Cristo, para que por medio de la “elocuencia” de Cristo , el cual es “Mediador muy escogido”, anunciemos a los hombres su “deber”, el cual no es otro que obedecer al evangelio por medio del cual Dios anuncia a los hombres que por medio de sus misericordias , quiere librar a todo hombre, y a toda mujer de descender al sepulcro, proclamándoles que por medio de “aceptar” el sacrificio de su Hijo, hallarán la redención, y que haciéndolos nacer de nuevo de “agua, y del Espiritu”, hará que su “carne” sea más tierna que la de un niño, haciéndoles volver a los dias de su juventud. ( Job 33 vers 23 al 30 )
Debemos anunciar a los hombres, que el evangelio abre un nuevo tiempo de “oración”, y aquel que se acerque a Dios en oración, será por él escuchado y amado, y que entregado a la oración, podrá ver y sentir el rostro del Señor con “júbilo”;
El evangelio proclama a todo hombre que debe “arrepentirse”, porque Dios mira sobre los hombres, y aquel que arrepintiéndose dijere: “ Pequé, y pervertí lo recto, y no me ha aprovechado, a ese, Dios redimirá su alma para que no pase al sepulcro , y hará que su vida se vea en “luz”, porque Dios hará que sea iluminado con la luz de los vivientes, la cual es Cristo.
Debemos pues, en virtud de todo lo expuesto estar preparados y dispuestos para la obra a la que hemos sido llamados; proclamar y vivir para el evangelio, no solo nos salvará a nosotros mismos, sino como Pablo le escribió a Timoteo, también a los que te “oyeren”.
Hay muchos esperando la redención. Hablémosles de la “Obra redentora”, que Dios el Padre nos ofrece en Jesús nuestro Salvador.
TATIS
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